Kirash, La tierra partida

Kirash, un planeta que antaño fue la envidia de la mayoría de civilizaciones en su galaxia, pero por un motivo que se desconoce los recursos del planeta se comenzaron a agotar alarmantemente rápido. Lo único que queda en el planeta es desierto, unos pocos bosques, enormes montañas de la mas dura piedra y unas pocas minas de las que extraen el poco metal que queda sobre la faz del planeta... eso y agua, antiguos océanos tan profundos y extensos como el mismo vacío que, hoy en día, no llegan a ser ni la sombra de lo que fueron.

¿Que podrá hacer una simple persona por salvar el planeta?

martes, 18 de junio de 2019

Capitulo 1: El mundo no me necesita...

Un portazo seco anunciaba que Karina se acababa de marchar, como todas las mañanas, y por lo tanto Verm hoy tampoco tendría que madrugar.

- Así me gusta, que te vayas temprano para que yo pueda escaquearme sin esfuerzo... no tiene sentido labrarse un futuro en un mundo que esta abocado a convertirse en una roca llena de polvo-

Todas las mañanas es lo que el piensa cuando escucha la puerta cerrarse debido a que su hermanastra se va a trabajar al campo con el fin de conseguir algo de sustento para poder vivir un día más. Le costó 20 minutos reunir las fuerzas necesarias para salir de la cama. Una vez lo hubo conseguido, andó torpemente arrastrando los pies hasta el baño, se miró al espejo como cada mañana para ver la imagen de lo que el definía como "El éxito del fracaso", su propio reflejo, con la media melena negra despeinada y cayendo por su frente, metiéndose en los ojos los cuales aún le costaba abrir pues los tenia pegados por las legañas. Después se dispuso a desayunar.

-¿Tan difícil es que al menos me echases un mano con el desayuno? Total, Karina, tu siempre te levantas temprano... otro día mas que será agua y galletas...-

La imagen de una tostada con tomate, sal y pimienta inunda su mente, haciéndole salivar y dándole las fuerzas para poner el motor en marcha y preparárselo el.

Cuando ha terminado de desayunar llega su mayor dilema moral... que hacer ahora... es una pregunta que todas las mañanas irrumpe en su mente como las olas entre las rocas.

-¿por que eres así?- se pregunta a si mismo, -decidiste dejar los estudios, muy bien, pero desde entonces no has hecho nada con tu puta vida, te has limitado a ver el tiempo pasar...-

Se obligaba a ser duro consigo mismo pero no le servia de gran cosa, solo para hundirse mas, él no se sentía útil ni capaz de nada, por lo que tampoco se daba la oportunidad de intentar hacer cosas. esto le llevó a convertirse en la mayor carga en tiempos difíciles, en una época donde todo escasea él se había convertido en alguien que solo consume y no produce.

Valorem, Impetu, Respicias... Eso reza el texto en su camiseta. Estas tres palabras las conoce por su padre ya que este siempre le decía que esas palabras eran los tres pilares fundamentales de un hombre, el valor, la fuerza y el respeto, precisamente todo lo que a el le falta.

Antes de salir de la habitación coge entre sus manos uno de los pocos recuerdos que tiene de su familia, una foto en la que se le puede ver junto a sus padres.

-Sigo preguntándome por que el destino se los llevo a ellos y no a mi, eran mucho mas necesarios y útiles en este mundo que a mi, por desgracia, no me necesita...-

Salió de su casa seguido por el tintineo de las cadenas que colgaban en su pantalón y comenzó a andar sin rumbo fijo, caminando por en medio de la carretera, ya que hace décadas que los recursos del planeta se agotaron y no quedan reservas para mantener los automóviles en funcionamiento. 

Por si fuese poco, la gente se fue trasladando a ciudades mas "seguras" pues se rumoreaba que allí, en Ultima Terra, el balcón del vacío se iba a derrumbar en unos pocos años llevándose por delante miles de kilómetros de tierra.

-La nube no esta sobre nosotros, hoy es un buen día para disfrutar de las vistas del balcón, hace meses que no puedo hacerlo...-

Tras una hora de camino llegó. Ahí frente a el se extendía la imagen mas hermosa que jamás nadie podría imaginar, un acantilado en el cual mirases hacia donde mirases no conseguías vislumbrar el final. El balcón del vacío se trataba de, ni mas ni menos, que el fin del mundo. Kirash no es una esfera perfecta, es mas bien como una pelota a la que le has cortado una rodaja, pues el balcón es justo el limite de ese corte. La magia de este lugar reside sobre todo en que, mires arriba, al frente, abajo o hacia los lados, siempre verás el cielo y, obviamente, de noche es un espectáculo digno de admiración.

Verm empezó a hablarse en pensamientos -Los ancianos cuentan que el balcón es tan antiguo como la propia Kirash, que durante la formación de la galaxia una parte del planeta se desprendió y vagó eternamente por la inmensidad del vacío... hay que ver que cosas se inventan los ancianos-

Una voz, dulce pero seria interrumpió su inmersión en sus pensamientos -¿sabes? se dice que el Balcón del Vacío es tan antiguo como la propia Kirash...-

Verm se sobresaltó, trastabillando y haciendo que medio cuerpo asomase por la barandilla que le separaba de la inmensidad, pero una mano le agarro del brazo evitando que se precipitase.

-¿¡Estas imbecil!?¿¡Es que a caso quieres que me mate!?-

Su respiración era agitada por el susto y le flaqueaban las piernas por haberse visto cayendo por el balcón. necesito sentarse en el suelo para poder recuperarse.

Una imponente figura encapuchada le observaba impávida de pie frente a el. No dice nada, solo le observa desde la oscuridad que le confiere el interior de la capucha de su capa, una mirada escrutadora que le recorre de pies a cabeza.

El persona frente a el parece vacilar por un momento en el sitio, sin saber muy bien si moverse o seguir observándole hasta que finalmente una mano surge bajo la capa para ofrecerle ayuda a Verm para levantarse.

-¿Estas bien?- Pregunto la agradable voz femenina desde la oscuridad de su anonimato

-Podría estar mejor- dijo Verm soltando un sonoro bufido a la par que se limpiaba el polvo de los pantalones.

-Verás, estoy buscando a una persona y me dijeron podría encontrarle aquí-

Verm frunció el ceño mientras intentaba divisar los rasgos faciales de la cara que se ocultaba bajo la capucha -Pues no se a quien estarás buscando pero por aquí, que yo sepa, solo suelo venir yo-

-Entonces tu debes de ser Vermil, ¿no?-

Verm no lo dudo ni un momento -Lo siento pero creo que te han vacilado, no me suena ese nombre ¿estas segura de que es en esta zona?, mira que el balcón es muy amplio...-

Si había algo de lo que Verm pudiese presumir, eso era la frialdad con la que mentía, sin ningún tipo de pudor, casi como si el mismo se creyese sus propias mentiras mientras estas salían por su boca, habilidad que había desarrollado para escaquearse de sus obligaciones.

Tal era la convicción con la que lo dijo que la figura, sin mediar palabra, simplemente se dio media vuelta y se marcho...

-Seguro que es alguna enviada de Karina para llevarme al campo...-